lunes, 5 de mayo de 2008

¿Por qué existimos?

A veces dudo de que tengamos un fin; un motivo. Quizá seamos un motivo por sí mismo.
Siempre se han hecho esfuerzos laboriosos (científicos, filosóficos, religiosos, etc) para determinar el origen del hombre. ¿Para qué existe? ¿tiene un objetivo trascendental? ¿es un sueño la vida? ¿tiene sentido la vida? ¿por qué experimentamos felicidad y desdicha intermitentemente? ¿para qué la naturaleza impulsa al ser humano a que siga engendrando más seres humanos?...

Preguntas ya muy viejas con respuestas no muy convincentes. De alguna manera el hombre actual sigue igual de ignorante, sobre este tema, que los primitivos. ¿Porqué se le ha vedado al ser humano la respuesta a esta cuestión tan esencial?: me suena todo esto sospechoso. Los dioses que el hombre crea en su mente, por más amorosos y misericordiosos que luzcan, nunca aman a sus supuestas criaturas, no le prestan atención. Guardan un incomodo y reiterado silencio. Como si no existieran...
Veamos. La ciencia, solo ha llegado a saber que el hombre es un producto no terminado en evolución, proveniente de otras especies; desde organismos unicelulares, desde moléculas, átomos... Big Bang. Eso no resuelve la incongruencia de la conciencia del hombre con la insustancialidad de la vida del mismo. Una conciencia compleja que se forma lentamente de una explosión de materia. Suena raro y hasta ridículo. Quizá la verdad sea ridícula.
Bueno, pasemos a la religión. Ésta le ha dado vuelo a la imaginación. Primero dioses, para todo y para todos. El dios del sol, de la luna, de las mujeres, de esto de lo otro. ¿Para que tanto dios? ¿para qué inventar un poder superior? inventar es huir de la realidad. Dios, si es que existe, no se ha manifestado como es, o como dicen que es. Por más libros que dizque hayan escrito sobre él. Dios no se ha presentado personalmente ante el hombre para decir "esta boca es mia". Punto.
La filosofía anda peor. Se ha complicado en términos, técnicas y... nada de nada. Solo suposiciones muy interesantes y hasta poéticas. Labores de la mente. Amor a la especulación, no a la sabiduría, no a la verdad.
El hombre, vuelvo a repetir, quizá, es, nada más. Existe no por azar o por destino, sino porque existe. Una razón sinrazón. Pero nada predigo, pues sospecho que estoy equivocado al decir esto, pero también sospecho que los demás lo están también. Lo bueno es que es solo una sospecha. Nada más.