sábado, 22 de septiembre de 2007

Hablando del DF

A mí me gusta mucho el DF desde el punto de vista formal; su arquitectura (moderna y antigua), sus parques.
Cuando voy, que no es seguido, peregrino por el centro disfrutando sus calles, tiendas e historia. Huele a historia. Huele a pueblo mezclado con ciudad; a historia con modernidad.
Nunca he tenido problemas considerables, es decir, asaltos, amenazas, ni me han correteado. Seguramente ha sido coincidencia, pues es razonable creer que una ciudad desmesurada en tamaño, cuente con lo propio de las aglomeraciones de gente: peleas, conflictos, desconfianzas, abusos. Aún así, siempre voy incómodo y desconfiando de todos.
Es una ciudad no más ni menos limpia que las otras grandes de México. Tiene, un poco más o menos perfecto sistema de transporte, cuya estrella principal es el metro; yo siempre lo uso, aun cuando llevo mi coche.
La contaminación, tan platicada en todos lados, no la percibo; no me "lloran" los ojos con el ambiente, como tanto se cuenta. Tiene buen clima.
En cuanto a los defeños, capitalinos o, despectivamente llamados chilangos, puedo decir que al menos ahí, no me han tratado mal. Hasta puedo decir que me contestan de manera obsequiosa, cada vez que pregunto por alguna calle o dirección.

Me gusta, pero no para vivir, pues es grande, con mucho tráfico ( cosas que evito). Es una ciudad magnífica para visitar; estar en un buen hotel céntrico y gozarla unos 3 ó 4 días. Nada más.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Avionazo

Ahora que sucedió este reciente accidente de un avión aterrizando en Tailandia, recorde mi miedo, no miedo, pavor que siento cuando uso esos pajarotes.
Allá a mediados de los noventa me subo por primera vez a un avión. A toda novedad se le excusa el temor que conlleva, sin embargo me emocionó la velocidad de despegue, y todo lo demás. no padecí miedo, ni poco ni mucho.
Con el devenir de los años mi uso de aviones se hubo recalcado y lo razonable que pudiera esperar yo es pensar que, a más uso menor vacilación. Pues no. Al contrario.
Hace un años en un fin de semana me valí de cuatro aviones para hacer un viaje ida y vuelta a Miami. ¿Se imaginarán cuánto sufrí? En especial, la ruta Atlanta-Monterrey, fue terrible: no era un avión, era un avioncejo enano y los vientos lo meneaban refeo. Yo ya me veía en el infierno quemándome eternamente, como quieren los que no me quieren. Estaba seguro de que no llegaría a tocar el suelo de manera íntegra; insistía en asomarme por la ventanilla para buscar irregularidades, y cualquier diminuta sacudida me hacia sudar; andaba sude y sude. Y sude.
Todo parece que sufro aerofobia, y mucha, pues ahora hasta diseño mis futuros viajes largos en coche, autobus, barco.

martes, 18 de septiembre de 2007

Britney Spears y sus hijos

Pues me entero, que "doña" Britney Spears perdió la custodia de sus hijos.
Han tenido suerte esos niños, ya que esa mujer es muy muy peligrosa. No controla sus emociones y tiene un comportamiento "a la gringa", pero al cuadrado. O sea muy libertina.
Oigan, ¡qué fea se ha puesto Britney! sin fijarnos en su cuerpo, ya muy gordito y con celulitis, (en algunas fotos se ve claramente obesa) la cara la tiene como de señora (lo es, pero me refiero de señora ya entrada en años).
Nunca me ha gustado del todo esa chica, me parece una individua común y corriente, una gringa más que va por la calle casi en cueros.
En relación a su talento, les cuento que no es santo de mi devoción ese tipo de música popular, pero a las masas de adolescentes les gusta y entregan sus dineros por CD´s, posters, conciertos, etc. Tiene talento popular y eso es sinónimo de negocio.

Religiones

Sin desprestigiar el mérito filosófico de las religiones, creo que solo en un bajísimo porcentaje de usuarios (de la religión) se advierte una utilidad provechosa en sus vidas. No sé de cifras verídicas, pero me basta ver en las personas que presumen de profesar tal o cual creencia para deducir que hay algo aciago en ellas. Uno, a veces por temor de no utilizar la razón, elude sus instintos o corazonadas. Éstas me han revelado muchas evidencias; en una buena parte de los fervientes, o que se dicen fervientes religiosos, existe una psicología anómala.
Me parece que alguien que defiende a capa y espada una creencia, teoría, hipótesis, etc, es de alguna manera intolerante consigo mismo: no se da la oportunidad de mejorar, cambiar, evolucionar, preguntar...
Uno es con los otros como es consigo mismo, uno tasa a los demás con la medida propia, y es razonable creer que alguien avaro en sus haberes mentales, será intransigente con los de los otros.

Empezando

Pues... raro, pero así es; siempre, desde que conocí el internet, he estado merodeando un blog por aquí otro por allá y nunca me movió el deseo de abrir uno. Ahora para dar variedad a la vida, (la mia y la de ustedes) aquí estaremos un rato comentando de todo. Esto será como una tienda, habrá de todo.