domingo, 26 de julio de 2009

Se me antojan salir de vacaciones

Hace tiempo que no me escapo de Monterrey. Aquí hace calor a borbotones, hay mucho tráfico; todo es prohibitivo.
¿A dónde se me antojará ir?
Primero, va a ser dentro del país, para ser fiel a mi austero bolsillo.
A ver, están las playas. Están las ciudades grandes. Están las ciudades chicas; los pueblos diminutos. No sé que más...
Primero veamos las playas. Yo no soy de juerga, beberecua, ni de bailes discotequeros. Prefiero el silencio y la serenidad, por cierto. Cosas que da el mar por sí mismo, pero da la canija casualidad que las playas "famosas" están saqueadas por la gente. Por ejemplo, hace años fui a Puerto Vallarta y no me gusto demasiado. No es el modelo de playa para mí. Hay antros, discotecas y cosas por el estilo; vida nocturna. La playa ahí es acaso lo menos importante. Y no señores, a mí me gusta el mar por sí mismo, su sonido, su aroma y su forma. Es una delicia estar sentado sobre la arena y recibir los suaves y reiterados masajes marinos, en los pies. A mí me gusta mucho oir las olas azotándose. No se digan los atardeceres colorados. Todo esta estética es estropeada cuando pasa mucha gente a saber: niños pegando gritos, barrigones tirados en la playa con botellas de cerveza, tendederos de toallas. Visiones dantescas.
En cuanto a las ciudades, pues diré que sí me gustan, algunas, por su calidad artística, arquitectura y en general, el ambiente histórico. Tenemos a la tristemente célebre Ciudad de Gudalajara, que en años recientes se ha vuelto un caos. El centro es hermoso, pero descuidado, pestilente y lleno de basura. La "capirucha" (Ciudad de México) es muy interesante desde el punto de vista arquitectonico; tiene mucha variedad cultural e historia. Muy bonita pero hasta ahí. Es salir del trafical para entrar a otro peor.
Lo que ultimamente me está interesando es hacer un "tour" por los pueblecillos típicos, donde hay ejemplos de buenas placitas, tiendas tradicionales y buena arquitectura. Incluso me atrae platicar con la gente de ahí, pues se presta más la forma de vida de ahí para la conversación. No sé, quizá algunas ciudades chicas o pueblos del sur de México, donde se puede encontrar una vida más artesanal, más humana. Simplemente llegar a alguna de sus plazas y leer algún libro en compañia de un buen clima. Sin prisa de nada.
Además se puede conocer la historia y leyenda de cada pueblito contada por sus habitantes. Cosas así. Casi casi, un tour científico, cultural, intelectual... no sé.
Bueno, vamos a ver como se desarrolla la idea. Lo que si es un hecho es que no quiero salir de vacaciones a un lugar tumultoso, de empujones, olor a drenajes, ni playas renombradas llenas de cantinas.

martes, 21 de julio de 2009

Cosas del tercer mundo mexicano

Cuando salgo a la calle veo claramente porque México es, con justicia, un país subdesarrollado.
Nos duele a muchos cuando se nos menciona ese estigma: no queremos que se nos recuerde que, a pesar de lo que nos hagan creer los demás o nuestras emociones, México es un desastre en todos los sentidos.
Veamos.
En cuanto a la higiene. Andamos en general muy mal educados en este aspecto. Todos los días veo con coraje y pena como las personas , abren la ventanilla del coche y sin ningún remordiemiento tiran basura, gargajos, etc. Esa gente cree que tirar la basura en la calle no perjudica; que es natural y hasta deseable tirar lo que no sirve, al suelo. Se ve muy naco ver calles con papeles, pañales, chicles, envoltorios, orines. Así educaron a esa gente, pues en sus casas hay un mugrero total: tendederos, basura, hierba crecida, cucarachas, malos olores. Guácala, y es la mayoría, y seamos justos, esa tendencia se ve más en la gente económicamente fregada. Al pan pan y al vino vino.
En cuanto a la forma de comunicarnos. Andamos pero "requetemal". Muchas groserías. No sabemos pedir las cosas y tampoco sabemos recibirlas. Nos pesa pedir las cosas por favor. Nos cuesta decir gracias. En las gasolinerías, yo me despido con un gracias y en un 80 por ciento de las veces no recibo respuesta. La gente no se sabe expresar correctamente. Aquí si agarramos parejo: ricos, pobres y medianos. Los "fresas" "hablan" con escaso vocabulario; los nacos están "pior". La clase media es la que se defiende más en este departamento.
La educación formal. Muy mal. Los maestros unos faltistas, puentistas, sobre todo en las escuelas públicas. Las privadas no se quedan atrás. Se le inculca al alumno la busqueda a como de lugar de un título para así "ser alguien". Entonces las personas se valoran y valoran a los demás en función de un título académico. Desprecian los oficios "humildes", como la albañilería, limpieza, etc. Todas las actividades son necesarias, punto, he dicho. Pero bueno, el mexicano tiene la autoestima muy baja, así que trata de cubrirla con adornos "nobiliarios". Por eso hay cada licenciadete, ingenierillos, y matasanos "entacuchados", que la soberbia los hace rebuznar, y gacho.
La alimentación. Aquí andamos de lo peor. Mucha grasa, azúcar, harinas, carnes. Muchos refrescos embotellados, poca fruta y verdura. Desde "distinguidos" oficinistas, hasta "miserables" semilleros, acuden a los tacos de perro de la esquina a zamparse media docena con su cocota. México es un país atacado por enfermedades gastrointestinales; obesidad y diabetes. Y poca nutrición para el cerebro.
Actividad física. Poca, tendiendo a nada de nada. Gordinflones que se la pasan echados en un sofá viendo futbol y atragantándose con cerveza. Señoras botijonas que todo el día viendo telenovelas a costa de su salud, mental y física. Puro carro, por que que van a decir los vecinos si llego a pie. No hay una cultura del ejercicio aeróbico. Por eso aquí en México no se venden mucho las caminadoras, bicicletas estacionarias, etc. Pueblo sedentario.
Supersticiones y religión. Pues que decir. Apariciones, vírgenes en un tamal, Iglesia católica hipnotizadora, brujos, Catemaco, "limpias", y la mayor superstición: la selección mexicana de fut.
Vaya pues.

Alguien me va a decir, "pos nomás miras lo feo". Y lo de diré "posi", porque no puedo estar en casa todo el día.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cosas en decadencia

A ver, ahora se me ocurre pensar en cosas, hechos o situaciones que están en decadencia...

Por ejemplo, el chat. Allá por el año 1998, el chat estaba empezando. Muy interesante era entrar y conocer a gente de otros países, todo en forma respetuosa. Ahora es sexo y solo sexo. Es decir, los hombres entran solo a buscar friamente a alguien con quien tener sexo. A las mujeres no les cae nada bien esta tendencia y han optado por dejar de usar esta herramienta.. Es super aburrido entra al chat en estas épocas. Está en decadencia total.

La marihuana. Lo de hoy es la cocaína en forma de "piedra". Y otras drogas fuertes. La marihuana está en decadencia.

El romanticismo. Ahora lo de moda es ser "amigovios". La mujer cede al sexo, por más "difícil" que sea , en menos de un mes. El romanticismo está en franca decadencia. O más bien, no existe.

Los CDS, o discos compactos. Nadie compra ya un CD de música original. O sea si compran pero son pocos, además están CARISIMOS. Igual, los "quemadores", van en declive. Los respaldos son cada vez más pequeños, como las memorias USB. Los discos compactos van de salida. Y que bien, porque es una lata cuidarlos.

Fumar. Gracias a las campañas de salud, cada día hay más conciencia del daño del tabaquismo. El fumar tiende a desaparecer.

La calidad de la música popular. Cada día, a los estilos los entremezclan indiscriminadamente, produciendo horribles canciones. La música selecta de élite, existirá siempre pero solo para los conocedores del arte, siempre ha sido, es y será buena, por su misma naturaleza exclusiva. Sin embargo, la múscia popular que antes era buena, ahora es muy simplona: monótona y sin creatividad.

En fin, es normal que las cosas aparezcan y desaparezcan con el tiempo. Tomemos los mejor.