jueves, 21 de febrero de 2008

Hablando del día

Me refiero a las sensaciones de cada parte de cada día. Manaña, tarde, noche. Cada quien prefiere uno de ellos.
La mañanas en general, son ajetreadas. Por otro lado, Borges consideraba que la mañana "nos depara la ilusión de un principio"; todos sentimos cuando amanece que el destino nos entregará dadivosamente algo nuevo. Pero es solo una sensación, una ilusión, porque casi nunca pasa nada. Creo que las mañanas deben vivirse afuera de la casa, pues nos ofrece el aire renovado, limpio y fresco, la sombra de la montaña, los claroscuros alegres y la vitalidad del sol: es un comienzo.

Las tardes son poesía. Placentera la sombra cálida. Es, creo, momento de reflexión y de estar con uno mismo, aparte de todo. Ideal para leer, jugar, pensar, olvidar. Las tardes tienen un dejo de tristeza, pero una tristeza placentera. Yo me inclino por la tarde, especialmente de 4 a 6... no sé, me parece el paréntesis del día.

La noche es culminación. Me gustan los parques grandes con farolas de noche. Estar en una banca platicando de temas tan variados e interesantes como la noche, la tarde y las mañanas.

domingo, 17 de febrero de 2008

Hablando del Hinduísmo

En realidad la palabra hinduísmo engloba una serie de prácticas religiosas y espirituales que provienen de un punto: Los Vedas.
Veda quiere decir conocimiento o sabiduría; saber. Es un libro de sabiduría general: desde aspectos mundanos y prácticos como la higiene, salud, economía, etc, aspectos sociculturales, hasta los religiosos. Hay cuatro Vedas. En otra ocasion nos detendremos en cada uno de ellos.
Por ahora quiero establecer que el propósito del hinduísmo es la busqueda de Dios, Vishnú para liberarse de la reencarnación, que tiene atado al hombre a los placeres mundanos; dicho de otra manera, el objetivo de los Vedas o del Hinduísmo es la unión del alma con Dios.
Los impersonalistas quieren unirse con el aspecto impersonal de Dios y los vaishnavas, o devotos de Vishnú o Krishna , quieren relacionarse con la persona de Krishna atraves de la devoción y del amor. Cada uno de estas corrientes alega superioridad. No entraré en controversia. Baste con describir sus ideas.
¿Conocen a los famosos Hare Krishnas?, bueno pues ellos son vaishnavas y predican cantar el mantra hare krisna; tienen sus rituales y sus libros, la mayoría escritos por Srila Prabhupada. Y hay muchos otras corrientes del vaishnavismo, y todos hacen énfasis en algún aspecto de los Vedas.
Los impersonalistas, por su partes, son conocidos como mayavadis, es decir, los que buscan o creen que cuando se mueran van a desaparecer para siempre. Una especia de Budismo, nihilismo.
En fin, toda religion tiene sus dimes y diretes y su bemoles y, el hinduísmo, es los que le toco a los hindúes y ellos creen en Krishna, que es Dios, y los mas fanáticos desdeñan las otras religiones, como el Islam y el Cristianismo; así como éstos desdeñan a los hindúes por, entre otras cosas creer en la reencarnación. Y es cuestion de gustos, y como si fuera una miscelánea de rancho, pues cada quien que escoja la que le guste o... que no escoja ninguna. Paz para todos.

jueves, 14 de febrero de 2008

Hablando del 14 de febrero

Hoy es "día de san Valentín", el día más feliz para los comerciantes, pues todo el mundo "necesita" qué regalar a sus seres "queridos".
"San Valentín" en realidad fueron 3 "santos"; y ni eso, pues no está comprobada sus existencias; es otro de los inventos de la Iglesia Católica para satisfacer las necesidades emocionales de sus rebaños ignorantes.

Pero ni tardos ni perezosos los ladrones con licencia, o sea los comerciantes, se dan vuelo vendiendo toda clase de tonterías, desde globos, dulces, joyas, perfumes, etc, para "demostrar" a sus seres "amados", cuanto los "aman".

Es, aquí y en China, otra hipocresía más de esta reprochable humanidad.
Ni modo, aquí se nos deparó a vivir.

martes, 12 de febrero de 2008

El diablo de lotería

Ahora resulta, que Benedicto XVI, el Papa actual, ha restituido arbitrariamente al infierno y al diablo.
Juan Pablo II, buen hombre y destacado Papa, ya había descartado esa tontería del infierno, lugar lleno de flamas y a su caricaturesco diablo de lotería, rojo, feo, burlón, con cola y tridente. Es vergonzoso que a estas altura, ya superado el medioevo, los líderes de las religiones, espanten a la gente con esos cuentos para niños. ¡Qué barbaros! Ese Vaticano está cada día "pior" y cada día causan más risa sus doctrinas descabelladas. Los más chistoso, es que los aborregados se creen esas patrañas. De todas maneras, la gente va a seguir cometiendo sus fechorías haya o no diablo e infierno, haya leyes o anarquía, pues la gente es como es: simplona, mediocre y vana. La metafísica, es decir la espiritualidad no está al nivel del vulgo, sino al de la gente culta, centrada, inteligente. Y que se entienda la espiritualidad como el cultivo del ser, no de sermones, gritos ni regaños de sacristán.
En fin, a ver que otro disparate dice don Benedicto XVI. Yo diría que es el Vicente Fox de la religión: puras metidas de pata.

El interés

Es media mañana, estoy en la oficina y se me ocurre hablar sobre el interés egoísta que mueve al mundo.

Yo pienso que el motor del mundo es la busqueda propia de placer; desde el santo, hasta el más miserable de los seres humanos, todos se siente atraídos por la fama, al reconocimiento, la cómodidad y el poder. Unos buscan ser reconocidos por Dios, otros por los hombres; queremos ser queridos, apreciados, distinguidos, alabados. Hasta los que les gusta separarse de la masas, alegando que son diferentes, quieren asegurarse de que se les vea especiales.
Hasta los supuestamente humildes se anuncian como tolerantes, pacíficos y así...
Dice el adagio conocido "el interés tiene piés", es decir, el interés es sinónimo de gente. Así se estuvo, se está y se estará moviendo el universo. La gente ve con atractivo a los otros, solo cuando hay algo en que le puedan beneficiar, ya sea económicamente ya sea emocionalmente. Todos esperan, callados o a gritos, algo de los otros y todos ofrecen algo solo cuando va haber retribución, al menos que les den las gracias. El que lo niegue, está cayendo en lo mismo: ser reconocido como desinteresado.

Convendría ser más realistas y no ver al mundo como un lugar donde todo está hecho para uno mismo. En verdad, cada uno de nosotros es un universo de ego.
Quizá una de las formas de la felicidad sea la indiferencia.

lunes, 11 de febrero de 2008

El materialismo

Ahora, tarde de nubes y de sol entreverado... escribiré sobre el materialismo. Pero no del materialismo dialéctico, que es un intento para sistematizar y legalizar el empirismo. Me refiero más al materialismo en su sentido hedónico y moderno: el ver todo como una proveeduría de placeres para uno mismo.

El materialismo es un fenómeno prácticamente ubicuo y sempiterno en el universo y, como muestra, tenemos a está diminuta muestra: el pequeño planeta tierra. No hay otra cosa que mueva al hombre sino la busqueda de placer físico y psicológico, entendido como tener poder, dinero y sexo, principalmente. Todos, (salvo excpeciones rarísimas) estamos explotando los sentidos, las personas, las cosas. Es una competencia para ver quién está más cómodo, satisfecho y con "éxito".
Desde niños aprendendimos de nuestros padres y maestros que debemos ser competitivos, exitosos, triunfadores, pero claro, solo desde el punto de vista económico y sensual. Incluso las religiones promueven la comodidad material, pues los líderes religiosos, y no me van a dejar engañarlos, viven en la opulencia. En la TV aparecen pastores cristianos, gurúes, Papas, etc, vestidos con joyas, dándose una vida de rey, a costa de sus rebaños. Casi buerlándose de la gente.
La televisión nos "recomienda" pasarla bien todo el tiempo, consumiendo productos, deleitando el paladar, los genitales, los ojos, los oídos, todo esto como meta suprema y única. Nos venden la idea -de una manera subliminal- de que el placer del cuerpo es una obligación del hombre para sí mismo . Pero, reflexionemos... ¿acaso los animales no hacen lo mismo?; éstos comen, duermen, tienen sexo y tienen casa. Recuerdo, por cierto, a un gran filósofo de la India que dijo que el hombre es un animal sofisticado, pues hace lo mismo que los animales pero de una manera lujosa: come en restaurantes comidas caras y elaboradas, duerme en un gran edificio de 100 pisos, tiene sexo en una gran cama, y se construye grandes mansiones... pero el fin es el mismo, comer dormir, aparearse y defenderse.
Creo que nos conviene hacer un paréntesis en la vida para cavilar bastante sobre la vida misma, tan insípida que llevamos, al dejarnos llevar por la corriente, por las masas, por las costumbres y tradiciones, por la estupidez... a lo mejor encontraríamos magia por ahí escondida en algún rincón del alma.

domingo, 10 de febrero de 2008

Hablando de antros

Una buena amiga, me sugirió que tratara el tema de los "famosos" antros. Y como ustedes son los que mandan y ordenan, aquí estamos.


El término antro, según la Real Academia de la Lengua Española, proviene del latín antrum, o sea caverna, cueva y demás palabras tenebrosas. Como segunda acepción significa lugar o establecimiento de mal aspecto o reputación. Pues bien, el antro actual, donde se divierten jovenes de 18 a 30 años más o menos, bailando, bebiendo alcohol, fumando y dizque conversando a gritos con la música a todo volumen, es muy diferente a los primeros, que fueron prácticamente cantinas vulgares, donde solo habia acceso a los hombres y cuya meta era ahogar sus penas con licor. Era un lugar de "puros machos", y habia trifulcas, peleas y discuciones ya entraditos en alcohol.
Ahora, es un lugar supuestamente de caché, "sano", "muy divertido" e inofensivo. Y lo es en cierto sentido, siempre y cuando no se abuse de la tomadera, de las conductas ridículas e impúdicas como bailar casi en en cueros sobre la mesa o salir babeando vómitos.
Me he percatado que a las mujeres les atraen esos lugares porque a la mujer le gusta mucho socializar y bailar. La mujer tiene el baile en las venas y además piensa que tomarse una "cheve" o una copita de vez en cuando, en un bar o antro, platicando con los amigos es algo placentero. Es parte de la moda; es parte de la naturaleza humana. También puedo decir que, a falta de otros mecanismos para juntar a los hombres y mujeres, el antro se ha convertido en el punto de reunión, donde está permitido tácitamente el filtreo. Esto es una verdad, pues una mujer no iría (a menos que sea lesbiana) a un antro donde dejen entrar a solamente mujeres, ni a un hombre joven le atrae mucho pasar una noche bebiendo en una cantina con hombres. Aquí y en China, el antro es un centro de hedonismo erótico, sensual, sentimental. Claro, como a la mayoría le es dificultoso tomar la iniciativa para "conquistar", entonces unos traguitos son "necesarios" para tales labores.

En lo personal, yo nunca fuí un gran gran aficionado a "salir a un antro". Si acaso los visité, fueron dos o tres veces, que para mí son muchas y bastantes. Esas veces me la pase ni bien ni mal. No le encontre el encanto que todo el mundo le encuentra. Todo el lugar es necesariamente humo de cigarro y uno sale impregnado, hasta las pestañas de esos olores. No bebo, ni me gusta el baile, y no soy un don Juan con las damas... y platicar, prefiero hacerlo en un lugar apacible y con personas sobrias, así que, me van a perdonar pero, si me invitan a un lugar, por favor, mejor vamos al billar, a pasear, al cine, a comer, al boliche, que sé yo, hay tantas formas de felicidad desaprovechadas...

sábado, 9 de febrero de 2008

Hablando de salas de chat

He rondado últimamente algunas salas de chat y me vino a la mente el recuerdo de las primeras veces que usaba -abusaba- del chat. Recuerdo que descubrí el chat allá por la mitad del año 1998; lo recuerdo bien.
Era fabuloso conocer y platicar, a la hora que se le antojaba a uno, con gente desconocida de todos los países, sin tener la molestia de andar bien vestido, con poses hipócritas para agradar, sin rodeos... Era y es tan fácil iniciar una charla con cualquiera, cosa que en el mundo fisico es mucho mas difícil. Por las calles, tiendas, escuelas, etc, uno no llega con la primera persona y le dice "hola ¿cómo estás, a qué te dedicas y en dónde vives?"; nos refrena el miedo al rechazo y al ridículo, la incertidumbre, los nervios, en fin, tantas emociones que derivan de la presencia física. El chat prescinde de ésta. Por este motivo se presta al abuso del anonimato: gente que da rienda suelta a sus más oscuros sentimientos y los muestra "en público" en una sala de chat; como resultado es que ahora las salas de chateo están repletas de hombres y mujeres, pero sobre todo hombres, buscando sexo directamente, sin esforzarse con el cortejo natural y normal que demanda una relación de pareja.
Es básicamente sexo lo que hay en las actuales salas de conversación. Se acabó para siempre aquellas épocas románticas, donde uno platicaba a gusto y con respeto, y se intercambiaban los e-mails para sabrosamente estar al pendiente del correo diario.