domingo, 10 de febrero de 2008

Hablando de antros

Una buena amiga, me sugirió que tratara el tema de los "famosos" antros. Y como ustedes son los que mandan y ordenan, aquí estamos.


El término antro, según la Real Academia de la Lengua Española, proviene del latín antrum, o sea caverna, cueva y demás palabras tenebrosas. Como segunda acepción significa lugar o establecimiento de mal aspecto o reputación. Pues bien, el antro actual, donde se divierten jovenes de 18 a 30 años más o menos, bailando, bebiendo alcohol, fumando y dizque conversando a gritos con la música a todo volumen, es muy diferente a los primeros, que fueron prácticamente cantinas vulgares, donde solo habia acceso a los hombres y cuya meta era ahogar sus penas con licor. Era un lugar de "puros machos", y habia trifulcas, peleas y discuciones ya entraditos en alcohol.
Ahora, es un lugar supuestamente de caché, "sano", "muy divertido" e inofensivo. Y lo es en cierto sentido, siempre y cuando no se abuse de la tomadera, de las conductas ridículas e impúdicas como bailar casi en en cueros sobre la mesa o salir babeando vómitos.
Me he percatado que a las mujeres les atraen esos lugares porque a la mujer le gusta mucho socializar y bailar. La mujer tiene el baile en las venas y además piensa que tomarse una "cheve" o una copita de vez en cuando, en un bar o antro, platicando con los amigos es algo placentero. Es parte de la moda; es parte de la naturaleza humana. También puedo decir que, a falta de otros mecanismos para juntar a los hombres y mujeres, el antro se ha convertido en el punto de reunión, donde está permitido tácitamente el filtreo. Esto es una verdad, pues una mujer no iría (a menos que sea lesbiana) a un antro donde dejen entrar a solamente mujeres, ni a un hombre joven le atrae mucho pasar una noche bebiendo en una cantina con hombres. Aquí y en China, el antro es un centro de hedonismo erótico, sensual, sentimental. Claro, como a la mayoría le es dificultoso tomar la iniciativa para "conquistar", entonces unos traguitos son "necesarios" para tales labores.

En lo personal, yo nunca fuí un gran gran aficionado a "salir a un antro". Si acaso los visité, fueron dos o tres veces, que para mí son muchas y bastantes. Esas veces me la pase ni bien ni mal. No le encontre el encanto que todo el mundo le encuentra. Todo el lugar es necesariamente humo de cigarro y uno sale impregnado, hasta las pestañas de esos olores. No bebo, ni me gusta el baile, y no soy un don Juan con las damas... y platicar, prefiero hacerlo en un lugar apacible y con personas sobrias, así que, me van a perdonar pero, si me invitan a un lugar, por favor, mejor vamos al billar, a pasear, al cine, a comer, al boliche, que sé yo, hay tantas formas de felicidad desaprovechadas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

recorde akella vez q llegue oliendo a cigarro...
a mi tmpoko m gustan muchoo ya q no tomo,ni fumo, ni bailo, pero m gusta oir tokar una banda n vivo, cantaar, platikaar..
uno ve cada cosa, una vz fui a uno dond buskban la chik del reggaeton..i dije..ashis, creo q m meti a un tablee jaja..
s intresant xq todo mundo va a tomar y bailar sexosamnt...a ligaar, wacalaa!
ai diferentes tipos d anttroo0s, n lo personal prefiero los bares...oiendo algo trankilito..platikando,pasar una linda noche boemia..
m gusto lo q escribiste...
gracias!
mmm...vamo0s al mc mullens betoo, yo invitoo! jaaa

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario

Acepto la invitación siempre y cuando tenga billar, y todos tomemos té con canela y galletas.